jueves, 31 de enero de 2008

Los signos de la identidad corporativa

El color de los ojos, la estatura y complexión, el tono de la piel y en general, la serie de rasgos perceptibles al exterior de la persona refieren el mundo interior que le distingue.

En forma semejante, las empresas cuentan con una serie de signos que les caracterizan y hacen posible su distinción en el universo empresarial.

Joan Costa refiere tres grupos distintos de signos: los de naturaleza lingüística, los icónicos y los cromáticos.

Todos ellos son canales a través de los cuales se transmite a los clientes la identidad de la organización.

Los signos de naturaleza lingüística son el nombre y el eslogan de la empresa o lema de la institución. El primero condensa el ser la misma. El segundo resume la mística que le anima. Ambos deben contar con un tipo de letra propio pues es un signo exterior de la unicidad de la organización.

El logotipo es un símbolo que objetiva los elementos anteriores. Debe estar cargado de tal contenido que concentre la atención del público sólo en la empresa. La creación de un logotipo requiere de un alto nivel de abstracción, pues debe ser una marca gráfica que remita a las personas en forma inequívoca a la empresa que lo porta. Es una síntesis visual del ser y el quehacer del negocio.

Asimismo, el color o la gama cromática que se adopte tanto para el nombre como para el logotipo requieren un conocimiento profundo de los aspectos que constituyen la identidad de la empresa. Su selección debe ser resultado del estudio minucioso de la personalidad de la empresa, sus fines y sus afanes.

En este contexto, quedan fuera el azar y la sola creatividad, pues cuando se desvinculan de la identidad corporativa se corre el riesgo de transmitir una imagen que difiere de la real. Es decir, podemos alejarnos del núcleo que constituye el centro de la organización y autosabotearnos como empresarios.

En cambio, cuando la selección del nombre, logotipo y colores distintivos de la empresa se realiza con reflexión, estamos en vías de posicionar con identidad propia nuestro negocio en medio de un sinnúmero de semejantes.

Por ello, la realización de un manual de imagen corporativa es relevante para evitar que con el paso del tiempo se distorsionen los signos de identidad. O bien que, por una serie de alteraciones se disminuya la notoriedad de la empresa en la memoria del público.


Las preguntas del día
¿El nombre de tu empresa es copia de otro u original? ¿Se asocia en forma directa con la misión y filosofía de la misma?
¿Cuándo alguien ve tu logotipo, puede identificar con facilidad a qué te dedicas como negocio?
¿La tipografía es propia de tu empresa?
¿Tienes por escrito los datos del tipo de letra, así como de los colores distintivos de tu compañía? ¿Los conoce el personal encargado de la preparación de papelería y/o material publicitario?

1 comentario:

fotografo corporativo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, que el logotipo sea neutro y con personalidad es vital para mostrar confianza a los clientes, no lo pudiste explicar mejor